martes, 31 de agosto de 2010

VI - Los otros

Miércoles 11 de Agosto, 18 a 24 Hs

Esa misma noche conocí al resto de la crew. Este resto está hospedándose en una habitación cercana, en este mismo piso. El hostel tiene dos edificios. Uno es de 10 pisos, donde 8 son del hostel y los otros pertenecen a agencias de viajes. Del otro edificio, el hostel es dueño de 1 único piso pero que equivale a 2 pisos del otro, al cuál le llamamos "the strand". Las habitaciones para nosotros los housekeepers, son de 8 personas cada una, casi casi llenas ambas.
Como les venía diciendo, en la otra habitación se hospedan: Alejandro, argentino de Vicente Lopez; Jon de España; Carolina de Chile; Becky y su hermano Andy de Manchester; Carl de Irlanda; y Peggy de Alemania.
Los grupos están un tanto divididos. Darren y frenchie son un duo. Luego, Andy, Becky y Lucy (los 3 británicos) suelen juntarse con otros británicos. Carl parece más un ente que otra cosa. Y el resto, todos habla hispana menos peggy, en general parecen llevarse bien y a la noche se juntan a tomar cerveza en la habitación de los otros. Entre todos ellos, Jon es una persona que resalta bastante. Es muy gracioso, muy buen imitador y tiene mucha energía. Julieta, se fue hoy temprano.
Finalmente parece que no voy a andar tan desamparado después de todo. Entre sudamericanos nos entendemos. O más bien, nos acoplamos. El grupito, si bien no muy íntimo, parece tener un implícito apoyo de cada uno para con el resto. Y seguramente, con la precencia de ellos, no voy a aprender inglés tan rápido como creía (y quería).

V - "Housekeeping! check your rubbish!"

Miércoles 11 de Agosto, 13 a 18 Hs

Vuelto del banco con mi caja de ahorro ya abierta y mi tarjeta de débito local en mano, había algo que debía hacer. Me quedaba mi segunda y última noche paga en el hostel, y a las 10:00 am del día siguiente debía dejar la habitación. O no. O tal vez, podría hacer eso que me dijeron una vez: housekeeping a cambio de accomodation. O sea, hacer las camas y pasar la aspiradora a cambio de la habitación.
No sabía que decisión tomar (aunque no era muy grave ni difícil). Tal vez debería simplemente ir a otro hostel donde haya al menos algún habla hispana. O tal vez debiera cambiar de habitación. Lo más cómodo era extender la estadía donde ya estaba, ¿pero por cuanto tiempo?. Acababa de almorzar sanguichitos de pan lactal cuando...
En el camino hacia afuera de la cocina, escucho a mis espaldas una argentina hablar con un latinoamericano de procedencia que no supe acertar. Me freno. El pibe se va. Me acerco a ella y le pregunto: ¿Argentina?.
Conforme pasan los días y las semanas, es muy loca esta sensación de que cualquiera que venga de tu país, es alguien con quién tenés algo valioso en común. Podés ir caminando por la calle, escuchar a alguien hablar en tu lengua y acento, y eso suficiente para acercarte y ponerte hablar. Las barreras de la inhibición para con tus hermanos de patria comienzan a ceder fácilmente.
Volviendo al encuentro de la cocina, estuve hablando con Julieta durante unos minutos. Me contó un poquito lo que estuvo haciendo aquí y allá. Me dijo también que actualmente estaba haciendo housekeeping a cambio de accomodation, y que mañana se iba del hostel y la semana q viene se volvía a Argentina. Le pregunte como había que hacer para hacerse housekeeper, y me explicó que debía ir a un hall por el que todavía nunca había pasado y preguntar por Debbie. La saludo, le doy las gracias, y me dirijo hacia la salida del Hostel, con intención de cruzarme a Vodahpone a comprar un celular (que al final no compre).
Una vez que volví al hostel, voy para donde Julieta me había dicho. Pregunté por Debbie hasta que dí con ella. Me dice que para ser housekeeper debo estar al menos 4 semanas, o sino se quedan con un depósito de 50 dólares. Acepto y al instante comencé a trabajar. Eran las 2 de la tarde y debía trabajar hasta las 5. Cuando terminé, fui a la pieza a recojer mi equipaje para mudarlo a la habitación de la servidumbre. Al entrar a mi nueva pieza, encuentro a un pibe leyendo. No le entiendo un carajo. Se llama Darren y es neozelandes. Sigo tratando de hablar y sigo sin entenderle ni mierda. El hijo de puta habla con la boca cerrada. Después de gran esfuerzo, logramos tener una pequeña conversación. Resulta que estoy en la misma habitación que Julieta. También se hospeda en esta habitación una chica de Oxford llamada Lucy (que está más buena que comer pollo con la mano), un chileno llamado José, un peruano llamado Giovanni, y un francés llamado Johnny (alias "frenchie").

domingo, 29 de agosto de 2010

IV - Balance del primer día

Miércoles 11 de Agosto, 8 a 13 Hs


El miércoles, segundo día, desperté muy temprano ya que tenía un appointment en el banco para abrir una caja de ahorro. Durante la noche y las primeras horas de este segundo día había tenido algo de tiempo para pensar.
Mis primeros roommates no fueron del todo agradables. Dejé una caja de cigarrillos arriba de la heladera y cuando desperté ya no estaban (acá un box de 20 cuesta 12 dólares neozelandeces). De todas maneras, no volví a verlos durante unos días.
Ya había pasado 1 día entero en Auckland y no había visto ni 1 habla hispana, a pesar de que todos los comentarios que escuché sobre este hostel aseguraban que iba a estar lleno de argentinos, uruguayos y chilenos.
Tener roommates de poca confianza y no poder comunicarte naturalmente con la gente, era algo que me había llevado a un estado de alerta y preocupación. Me pregunté "¿va a ser así todo el viaje?". Y así como quien acepta la cosa, supe que era un desafío. A pesar de todo, la situación me gustaba, y mucho: ahora sí que soy yo solo en el mundo. Pero las cosas recién estaban empezando a tomar forma. Y todo esto iba a cambia, y muy pronto...

III - La primera tarde

Martes 10 de Agosto, atardecer

La la la la la la la la la. En el cuarto de al lado, en este mismo instante, hay un grupo de adolescentes cantando eso (tipo escala do-re-mi-fa-sol-fa-mi-re-do). Es un coro. El hostel esta LLENO de chicos de secundaria, principalmente mujeres. Apenas me dieron la llave (que es una tarjeta) de la habitación en recepción, usé el ascensor y sin querer bajé en el 6to piso creyendo que estaba en el 4to. Derepente aparecen un montón de chicas con el uniforme de high school. Me enseñaron a usar la tarjeta en el ascensor para llegar a mi piso. Me preguntaron de donde eran y ellas dijeron que eran de Wellington y que venían a Auckland a estudiar. Primero me pregunté confundido a qué edad mandaban a los chicos a estudiar solos en este país. Resulta que en realidad hay muchos colegios durante esta semana porque hay una competencia de coro.
Como roommates tengo a una inglesa llamada Becky y dos irlandeses, que no se si serán pareja, cuyos nombres no recuerdo. Hablar inglés me cuesta, bastante. Entender, más todavía. Hoy comenzó a atormentarme la idea de quedar como un pelotudo cada vedz que hablo. Me trabo y me sale un tono de voz grave, insulso, uniforme y sin onda. Hace un rato le dije a la irlandesa "I speak spanish. It's like I was stupid while communicating in English". La verdad es que esperaba al menos una sonrisa sobre mi autocrítica. Cara de poker. Hice de cuenta que no dije nada y seguí intentando hablar sobre no recuerdo qué.
Hoy fui al sector de computadoras del Hostel. Los hijos de puta te cobran por Internet incluso WIFI. Pero me tiraron el re tip. Una es cruzar al McDonalds, donde tenés WIFI gratis pero tenés bloqueadas muchas páginas, como ser facebook. La otra, es ir a la biblioteca, que está a la vuelta, donde la Internet ahí sí es gratis. Pero bastante lenta... Pero en la mayoría de los bares, hostels, o lo que sea que haya a lo largo del país, tenés que pagar para usar el WIFI.
Hace un rato fui a cenar a Wendy's. Me compré un mega combo a 11 unidades monetarias, de tamaño pequeño. La coca pequeña en cuestión resultó ser tan grande como la coca grande que hay en el Mc o Burger King de Argentina.
En lo que va de mi día como ciudadano de Auckland (8 horas) ya casi pierdo la tarjeta-llave de la habitación, tengo un chivo inmundo y tengo tan pocas ganas de bañarme...

sábado, 21 de agosto de 2010

II - Here we 'kum

Martes 10 de Agosto, Mediodía


El aeropuerto es MUY lindo, además de ENORME. Al bajar, seguramente tenía mucha cara de desconcertado. Es uno de esos momentos donde vivís una situación que venís esperando por mucho y cuando sucede, estás en un extraño estado de incredulidad y pasividad. Seguí a la gente por los corredores y, más que yo haga hecho trámite alguno, se puede decir que el trámite se hizo a sí mismo. Casi sin darme cuenta pase por muchos controles, y en ninguno hubo que hacer cola. Mientras recogíamos el equipaje, un agente de seguridad aeroportuaria se encargaba de examinar superficialmente el equipaje en busca de drogas, con tecnología jamás vista en paises tercermundistas: un simpaticón Beagle con capa amarilla. El perrito olisqueó mis cosas, miró desinteresado a la nada y siguió camino.
Apenas salí de la zona restringida, compré una tarjeta de teléfono y llamé a casa. Luego, fui directo a la parada de bondi: tenía bookeadas 2 noches en un hostel llamado ACB (Auckland Central Base). En la parada había una máquina expendedora de boletos con un cartel informando las tarifas. Lamentablemente tenía que pagar con kiwis y sólo tenía dolares americanos. Además, un cartelito de la máquina rezaba "No suba al bus antes de sacar boleto". Por tanto, volví a entrar al aeropuerto con mis 8 millones de valijas y cambié 100 americanos a kiwis. Volví, ya encabronado, a la parada de bondi con mis 10 millones de vaijas, saque boleto y subí (con mis 12 millones de valijas). Atrás mío subió otro pibe, pero sin boleto. La mujer tenía una mini máquina expendedora dentro del bus, y encima el muchacho pagó con dolares americanos. What the fuck!!!
El aeropuerto queda en el culo del mundo. Más que en el culo del mundo, queda en el ORRRTO del mundo. Auckland es una ciudad muy grande, una conurbación, pero tiene un centro pequeño llamado "Auckland city". Todo Auckland parece estar construido sobre el caos mismo. El terreno es asombrozamente irregular. El bondi va rápido y frena todavía más abruptamente. Te tira al carajo y la conductora te pide que asegures el equipaje en un portaequipajes interno y que luego tomés asiento. Obviamente le haces caso, porque un rato antes se te cayó la valija más grande con una frenada y casi le arrancás la pierna a una madame asquerosa que te mira con desprecio cuando le pedís perdón. "Auckland está lleno de casitas lindas y bajitas, con tejado en pirámide" pienso. Y luego escucho "Stop using the bloody mobile phone to call me all the time. It just ticks me off". La señora a la que casi le arranco el pie, me cortó la inspiración (traducción de lo que dijo: "pará de usar el maldito celular para llamarme todo el tiempo... me irrita"). Y yo que pensé que acá todo el mundo era feliz y que no te tenías que agarrar fuerte en el colectivo...
El bus, a lo largo de todo el viaje hacia el hostel, estuvo bastante vacío y llegué rápido. La ciudad parece tener una arquitectura muy bien organizada. Las calles son amplias, y en las afueras las bocacalles aparecen de forma más irregular, quizás cada 300 metros. Los semáforos andan distintos, tienen otros tiempos. En general tardan más para todo pero terminan haciendo que el tráfico fluya mejor. Así, no hubo congestión en ninguna parte del trayecto hacia el hostel.
En las afueras de la ciudad, sólo había de estas casitas pequeñas y pitucas. Creo que la palabra no es "pitucas" precisamente. Son como nuevas. Parecen haber sido construidas ayer. Son simples, pero atractivas y pulcras, ordenadas. En el centro empiezan los edificios, también todos nuevitos. La ciudad está muy limpia, aunque de véz en cuando ves a alguien tirar un pucho al suelo. Y aproximadamente la mitad de la gente es oriental. Y cuando digo la mitad, lo digo literalmente.
El primer día está siendo bastante exitante. De las últimas 48 horas dormí solo 10 y recién son las 2 de la tarde. Los ojitos se me cierran solos y eso que recién acabo de llegar. Así que no voy a dormir todavía.

I - The Flight

Lunes 9 de Agosto


El domingo 8 de Agosto fue mi último día en Argentina, hasta probablemente el 2011. Durante el mediodía y tarde estuve en casa con la familia. Vinieron Luciano y Lucía a almorzar. A la tarde fui a buscar la tarjeta ISIC al Shopping Caballito. Tipo 19 fui a alpina. Allí comimos una pizza con Lupe y Coco y luego volví a casa. Eran las 21.30 y estábamos por partir al aeropuerto. Y una vez que llegamos allí, nos tuvimos que volver. Lupe vió en cartelera que el vuelo estaba retrasado 8 horas. Moraleja: siempre llamen unas 6 horas antes de ir al aeropuerto para confirmar que el avión está en horario.
Cerca de las 24 estábamos en casa nuevamente. Comimos algo y fuimos a dormir. A eso de las 5.30 estabamos nuevamente viajando hacia Ezeiza, sólo que esta vez todo salió bien.
El avión estaba medio vacío. Toda la gente de la columna del medio disfrutaba estirándose a lo largo de sus 4 butacas. Yo había elegido estar en una fila de 2 asientos, y el otro asiento tenía también pasajero asignado. Mi compañero de fila buscó un par de butacas dobles vacías, y finamente quedamos ambos con 2 butacas para cada uno. Así, me armé una pequeña e incómoda cucha, aunque no dormí más de 2 horas en todo el viaje.
A lo largo del vuelo pasaron 3 películas, una de ellas la repitieron al final, y desde la ventanilla se divisaba lo que parecía ser un océano ocacionalmente escarchado. El viaje fue directo y muy tranquilo. En poco más de 14 horas ya estábamos en Auckland...